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LABORATORIO ARTÍSTICO / ART LAB

El laboratorio artístico nos apunta hacia un nuevo lenguaje y un nuevo mundo de experiencias en comunicación. Un laboratorio artístico es un espacio para explorar las infinitas potencialidades de la investigación artística y social. Como proceso cartográfico, un laboratorio artístico tiende a generar y reorganizar sus propios métodos, herramientas y estructuras dentro del proceso del laboratorio. Cuestiona qué es y en qué se convierte al hacer. Importa una diversidad de herramientas, conceptos, prácticas, ideas y conocimientos del exterior, de campos transdisciplinarios, a través de los participantes, cada uno de los cuales trae su propio bagaje y experiencias. A lo largo de los procesos de investigación, mezcla, combina, recicla, fragmenta y reinventa herramientas y conceptos. En este proceso invoca y convoca la producción colectiva de singularidades (STAMPER, p. 2007, p. 67).

 

La experiencia es una cuestión de interacción de un organismo con su entorno, un entorno que es tanto humano como físico, que incluye los materiales de la tradición y las instituciones, así como el entorno local. El organismo trae consigo a través de su propia estructura, nativas y adquiridas, fuerzas que intervienen en la interacción. El yo actúa tanto como sufre, y su sufrimiento no son impresiones estampadas de forma inerte, sino que dependen de la forma en que el organismo reacciona y responde. No hay experiencia en la que la contribución humana no sea un factor para determinar lo que realmente sucede. El organismo es una fuerza, no una transparencia. (DEWEY, 1934, pág.246)

 

Un laboratorio artístico despierta una tercera relación espacial con el mundo, la espacialidad y la temporalidad, que es una conciencia espacial creativa-crítica del espacio vivido y sus posibilidades imaginadas. Es otro modo de pensar y relación de apertura, flexibilidad, permeabilidad, controversia con el mundo y sus eventos, experiencias y entornos. Considera que los hallazgos con los que nos encontramos nunca son conclusiones sino puntos de partida para una mayor exploración (SOJA, 1996, p.3-4).

 

Dentro del laboratorio artístico generamos constantemente operaciones y disparadores para reconsiderar cómo nos relacionamos con la espacialidad y la temporalidad, a los regímenes convencionales de tiempo y espacio.

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